Las hortalizas van a la beneficencia por el parón de las ventas y las exportaciones.Una empresa de Murcia da al Banco de Alimentos de Castellón el producto.
La Asociación Rumana, una de las entidades que repartió la ayuda.
La alerta alimentaria provocada por la bacteria E.coli en Alemania, que provocó la llamada crisis del pepino, ha llevado a una empresa de Mazarrón a donar sus verduras a la caridad. Así, el Banco de Alimentos de Castellón ha recibido un camión con 8.893 kilos de pepinos y 14.935 kilos de tomates, que serán repartidos entre las oenegés de la provincia de Castellón, para distribuirlo entre las familias necesitadas.
La carga llegó en un camión al Banco de Alimentos, que lo reparte entre las entidades, que a su vez, lo harán llegar a sus destinatarios finales. Es el caso de la Asociación Rumana de Castellón, cuya presidenta, Cristina Dobre, explicó la premura de tiempo con que deben repartirlo por carecer de frigorífico para conservarlos.
El donante es la firma de Mazarrón Perichán, que ha aportado casi dos millones de kilos, entre pepinos y tomates, 100 camiones, a los Bancos de Alimentos de España. Han preferido que vayan a la beneficencia antes que echarlos a perder, porque las “exportaciones están paradas y se ha producido un bajón de las ventas”.
Según su responsable, sufren “pérdidas millonarias”, y la ayuda de 210 millones aprobada por la UE no es suficiente “ni para Murcia”. “Nosotros hemos perdido muchos puestos de trabajo, pero continuaremos, aunque otras empresas tendrán que cerrar”, explicaban a este diario desde la firma, y además indicaban que el sector está ahora “desbordado”, tirando “muchísimos” pepinos y arrancando plantas. Más información en la página 63. H
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