Steve Jobs ha fallecido víctima de un cáncer de páncreas contra el que luchaba desde 2004. El fundador y líder ejecutivo y espiritual de Apple deja un legado tecnológico sin igual marcado por la originalidad, el diseño y el culto a lo diferente. Los miles de seguidores de la marca en todo el mundo lloran su muerte.
Steve Jobs se ha ido. Justo un día después la presentación de su iPhone 4S. La rabia y el dolor más extremo inunda todos los rincones tecnológicos de este planeta. Jobs no pudo con el maldito cáncer de páncreas. Esa odiosa enfermedad que siempre dicen estar más vencida, pero que siempre parece no dejar de vencernos. Un genio, un personaje y por encima de todo un ser humano que nos deja. Un hombre que admiramos por defender como pocos sus ideas. Un persona nacida por y para dar ese toque humano que solo él dio a algo tan inhumano como puede ser un aparato electrónico. Se va como los mitos, muriendo joven, algo que odio pero que una vez más se ha cumplido. Como alguien dijo cuando murió el piloto de Fórmula Ayrton Senna “nunca sabremos de lo que su ausencia nos privará en el futuro”. Un futuro, el nuestro que ya caminará sin él, sin sus mediáticas conferencias, sin sus ideas geniales y sin, cómo al él le gustaba decir, intentar cambiar el mundo.
Como medio especializado en telefonía móvil solo podemos decir que la redacción de MovilZona vive hoy uno de sus días más tristes. Nuestra pasión por la movilidad y por la extensión periodística de la misma se ve duramente sesgada por la pérdida de un personaje de semejante calibre. Descanse en paz.
