La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de la Región (TSJ) ha confirmado la procedencia del despido de un ingeniero técnico de la empresa Agrupación Agrícola Perichán, S.L. que al ser sorprendido cuando llevaba varias cajas de tomates a su casa dijo que era «para verificar su estado y el tratamiento a seguir».
La sentencia, señala que el Juzgado de lo Social, en su resolución de noviembre de 2011, declaró como hechos probados que este trabajador, tras finalizar su jornada laboral en Mazarrón, «se desplazó a su localidad de residencia, Cartagena, en el vehículo que tenía asignado por la empresa».
«Llevaba tres cajas de tomates, de unos quince kilos de peso, que había cogido de la empresa sin autorización, y que introdujo en un edificio particular», añadía el Juzgado.
La sentencia, confirmada ahora por el TSJ, declaraba procedente el despido al desestimar la demanda planteada por el trabajador.
En su recurso ante la Sala de lo Social, solicitó una modificación en el relato de hechos probados para que se dejara constancia de que los tomates no se los había llevado para consumo propio, sino «para verificar su estado y el tratamiento a seguir, puesto que eso era parte de sus funciones como ingeniero técnico agrícola».
Igualmente pidió que se hiciera constar que cada una de las cajas, que contenían tomates «cherrys», pesaba medio kilo, y no los cinco kilos recogidos en la sentencia.
El tribunal, al confirmar la sentencia, afirma que «está acreditado que se quedó con productos de la empresa, lo que supone una trasgresión de la buena fe contractual, lo que es merecedor del despido disciplinario».